"Puedes creerme o no, Juliette, es tu elección. Yo te he dicho toda la verdad".
"¿La besaste? ¿O acaso fueron más allá?", preguntó Juliette al borde de las lágrimas.
“Jul, qué es esto? ¿Un interrogatorio?”, protestó Robin.
“Por supuesto que no, sólo te hice una simple pregunta".
“Perdón pero tu
pregunta no tiene nada de simple. Y no fue sólo una, sino varias. Dime, Jul. ¿Acaso estás celosa?”, preguntó Robin, reprimiendo una sonrisa. Juliette se sonrojó.
Robin lanzó un suspiro. Curioso, pero los celos de Juliette, lejos de irritarlo, lo halagaban, e incluso, lo reconfortaban.
"No pasó nada entre Kaleigh y yo. Convivimos porque así lo exigían las reglas, pero después del parto ella volvió a su casa con su prometido. Por cierto, pronto se casarán".
"Pero ella aún es la madre de tu hijo”.
“Madre temporal, de un hijo por diseño. Terminó su misión, no queda nada entre ella y yo, excepto una buena amistad”.
“Buena amistad, sí claro", gruñó Juliette.
“Jul, te lo juro, mi relación con Kaleigh terminó hace años. Fue intensa, sí, pero acabó, tienes que creerme", exclamó Robin.
Juliette quería creerle, perdonarlo, echarse en sus brazos y olvidarlo todo, pero...
Aún se sentía insegura y molesta por el asunto de Kaleigh, así que contuvo sus impulsos y se alejó de él una vez más.
“No lo sé, Robin, todo esto es demasiado para digerir. Necesito aclarar mi cabeza, procesar lo que acabas de contarme. ¿Me darías un minuto, por favor?", suplicó.
"Claro".
Sin decir más, Juliette se puso su chaqueta y salió de la cabaña.
Apenas puso un pie afuera, y el viento helado de la noche le rozó la cara, sintió como las lágrimas acudían a sus ojos, y echó a correr hacia la playa.
“¡Jul! ¡Jul espera!”, exclamó Robin, poniéndose también su chaqueta y corriendo tras ella.
(CONTINUARÁ)
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